Estas
medidas han sido recogidas en un decálogo en cuya elaboración han participado
expertos de perfiles profesionales diversos. El grupo está compuesto por
miembros de la Fundación IMAS, la Federación Española de Empresas de Tecnología
Sanitaria (Fenin), la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), la
Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), la Sociedad Española de Medicina
de Familia y Comunitaria (semFYC), la Sociedad Española de Médicos Generales y
de Familia (SEMG), la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la Sociedad
Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y expertos independientes del
ámbito sanitario y empresarial.
Para Julián
Pérez Villacastín, patrono de la Fundación IMAS y presidente electo de la
Sociedad Española de Cardiología (SEC), “la transformación del sistema
sanitario español, impulsada por la digitalización, debe contribuir a alcanzar
más eficazmente el ‘cuádruple objetivo' y especialmente la mejora de la salud y
calidad de vida de los españoles”.
Asimismo,
Ignacio Ayerdi, patrono de la Fundación IMAS, indica que “para hacer una
transformación digital, la tecnología es necesaria pero no suficiente, se
requiere cambios fundamentales en la organización liderados por profesionales
sanitarios, incluyendo la perspectiva de los pacientes y apoyados por expertos
en procesos de transformación no necesariamente clínicos”.
Principios transformadores
Tanto
profesionales sanitarios como pacientes han coincidido en indicar que resulta
apremiante acelerar de forma adecuada y óptima la digitalización del sistema
sanitario español teniendo en cuenta los 10 principios transformadores:
1. El foco
debe ponerse en la salud, tomando en consideración todos sus determinantes:
biología (genética), estilo de vida, medioambiente y asistencia sanitaria.
Saber que todos los determinantes de la salud están influidos por los
determinantes sociales.
2. La
digitalización del sistema sanitario debe estar al servicio de un
"cuádruple objetivo": mejorar los niveles de salud y calidad de vida
(1), la experiencia del paciente (2), la experiencia del profesional (3) y
aumentar la eficiencia del sistema en la utilización de los recursos (4). La
evolución digital del sistema sanitario debe contribuir a la transición hacia
una economía verde.
3. La
"evolución digital" del Sistema Nacional de Salud debe estar
precedida de su rediseño organizativo. El sistema actual no responde
suficientemente al "cuádruple objetivo". "Digitalizar" para
hacer lo mismo llevará a obtener los mismos resultados. Reingeniería de
procesos sobre el paciente, con el desarrollo de nuevos servicios de salud
digital y refuerzo de capacidades del SNS.
4. Se debe
implantar la cultura de medir resultados en salud orientados hacia la
población. Los sistemas de salud deben desarrollar instituciones para la
adopción temprana de la innovación con capacidad de introducir cambios en el
sistema basados en la evidencia.
5. La
transformación de nuestros sistemas de información debe buscar el
establecimiento de una Historia de Salud Digital (HSD) única, que cubra la
atención a la salud del ciudadano a lo largo de toda su vida, basada en la
“Identidad Digital Única” promovida por el Parlamento Europeo, interoperable
entre los distintos Sistemas Regionales de Salud y con los distintos operadores
privados, aspirando incluso a ser interoperable con el resto de la Unión
Europea.
6. Los
pacientes, ciudadanos y profesionales deben ser involucrados en el codiseño de
proyectos de transformación digital, identificando cómo mejorar la experiencia,
calidad y eficiencia de los profesionales, maximizando el retorno del valor de
la tecnología, automatizando tareas, estandarizando procesos e integrando las
herramientas digitales en los flujos de trabajo. Se debe facilitar la
corresponsabilidad y la experiencia del paciente, ofreciéndole herramientas que
faciliten la implicación en la gestión activa de su estado de salud.
7. La
evolución digital del Sistema Nacional de Salud debe promover la implicación de
los profesionales en la organización y gestión de la asistencia sanitaria
(gestión clínica). La responsabilidad de mantener el foco de todos los procesos
en el individuo debe recaer en los gestores clínicos correspondientes. Se deben
difundir ¨las experiencias de éxito¨ (‘small steps big wins’) y se deben
promover las iniciativas de abajo a arriba.
8. La
evolución digital del sistema debe permitir una estrategia de salud poblacional
eficaz. Se debe garantizar la equidad y atender a la ‘brecha digital’.
9. Los
sistemas de salud deben colaborar con agentes interesados de todos los sectores
para revisar la regulación y nivel de conformidad de las nuevas tecnologías de
salud digital, incluyendo guías y formación en ciberseguridad, privacidad de datos
y sistemas de aprendizaje automático, procedentes de otros sistemas de salud
internacionales.
10. La
digitalización del sistema sanitario debe incorporar el concepto de gobernanza
de la OMS: un enfoque de todo el gobierno y de toda la sociedad.
Recomendaciones
El grupo de
expertos ha identificado, asimismo, 10 recomendaciones de no hacer en el
proceso de digitalización del sistema sanitario español:
1. Poner el
foco en gastar los recursos de los fondos de la UE para la digitalización del
sistema sanitario. Los recursos se emplearán igual si se alinean con los
objetivos de mejora y el resultado será una mayor calidad, sostenibilidad y
solvencia del sistema.
2. Pensar
que la digitalización resuelve los problemas de gestión del Sistema Nacional de
Salud (falta de continuidad asistencial, listas de espera, falta de datos
confiables para medir resultados, desigualdades en la calidad de la asistencia
recibida, variabilidad inapropiada de la práctica clínica...). Sin una previa
aproximación a la resolución de estos problemas desde la perspectiva
organizativa y de gestión, éstos persistirán, aunque entonces estén
digitalizados.
3. Invertir
mucho en dispositivos y programas y poco en estandarización, interoperabilidad,
seguridad y usabilidad para pacientes y clínicos. La inversión en tecnología no
es el objetivo, es simplemente el medio, el habilitador, pero no el fin.
4. Diseñar e implementar la digitalización del
sistema sin la involucración de pacientes y profesionales o, en otras palabras:
desconociendo el sistema y sus problemas. Conocimiento que no aporta la sola
perspectiva de los técnicos en IT.
5.
Consolidar e incluso reforzar la fragmentación del sistema sanitario entre
sanidad pública y privada; entre los Servicios de Salud de las Comunidades
Autónomas y los del estado, incluyendo las otras formas de cobertura sanitaria
pública; entre hospitales y entre éstos y la atención primaria, promoviendo por
Comunidades Autónomas o centros sanitarios el desarrollo de soluciones ad hoc.
6.
Digitalizar sin invertir en el desarrollo de competencias digitales de los
profesionales.
7.
Digitaliza" sin formar a los pacientes en el uso de herramientas digitales
para su autocuidado y prever soluciones para afrontar la "brecha
digital".
8.
Digitalizar sin rediseñar los procesos asistenciales, incorporando a ellos las
ventajas que puede aportar la digitalización.
9.
Potenciar la explotación del Big Data sanitario y el uso de Inteligencia
Artificial sobre datos no estructurados y cuya calidad no esté contrastada.
10.
Desarrollar un proceso de digitalización jerárquico, piramidal.
FUENTE: Diario Farma