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La voz del paciente: su influencia en la salud digital
La pandemia de COVID-19 ha sido y sigue siendo un inmenso desafío para todos en Europa y más allá. A pesar de la tragedia de innumerables vidas perdidas, también se ha convertido en un catalizador del cambio.
COVID-19

El salto al uso de la tecnología digital se ha acelerado en todos los aspectos de la vida, y la salud ciertamente no está exenta de la necesidad de experimentar una transformación acelerada. La transformación digital en salud ha estado en la agenda de políticas e investigación durante años. La innovación y las iniciativas digitales en torno a la telesalud, el análisis de datos y la inteligencia artificial estaban bien encaminadas cuando las restricciones derivadas de la gestión de la pandemia forzaron la ampliación de esas herramientas innovadoras a un nivel completamente nuevo. Esto creó una oportunidad monumental para reinventar la promoción, el parto, el tratamiento y la atención de la salud.

El impacto de la pandemia en la salud cardiovascular

La pandemia demostró la importancia de mejorar la salud cardiovascular de las personas. Ya antes del brote, las enfermedades cardiovasculares (ECV) eran la principal causa de muerte en Europa y el mundo. Más de 60 millones de personas viven con ECV en la UE y cada año se diagnostican casi 13 millones de nuevos casos de ECV. Las condiciones cardiovasculares preexistentes son predictores particularmente importantes de la gravedad y la mortalidad de COVID-19. Al mismo tiempo, mientras que COVID-19 afecta principalmente a los pulmones, también afecta al corazón y al sistema circulatorio (vascular). Las complicaciones cardiovasculares relacionadas con COVID-19 son de amplio alcance e incluyen la incidencia de tromboembolismo, lesión cardíaca, arritmia e insuficiencia cardíaca. Será muy difícil hacer la vista gorda ante este hecho epidemiológico en el futuro.

Liberar todo el potencial de las tecnologías digitales para la salud cardiovascular

La mejora de la salud cardiovascular tendrá un impacto positivo en la resiliencia de nuestros sistemas de salud. Los esfuerzos de colaboración a nivel de la UE para la transformación digital en la salud y las iniciativas políticas, como el Espacio Europeo de Datos de Salud, ofrecen oportunidades prometedoras para mejorar la prevención, el tratamiento, la gestión y la prestación de atención de las enfermedades cardiovasculares si se guían por un marco político y legal sólido.

En la prevención primaria, por ejemplo, las aplicaciones móviles, los sensores de monitoreo, el asesoramiento en línea y los datos generados a partir de tales herramientas, tienen el potencial de mejorar los programas de prevención y detección temprana, incluidas las intervenciones de manejo del estilo de vida para reducir el riesgo cardiovascular.

En el ámbito sanitario, el uso de la monitorización remota, la teleconsulta y la telerehabilitación para pacientes cardiovasculares podría mejorar el acceso a una atención segura y eficaz. La integración prudente de las innovaciones digitales en los servicios de salud tradicionales y una combinación óptima de atención médica para pacientes hospitalizados y ambulatorios puede reducir los tiempos de espera, mejorar la participación de los pacientes y ampliar sus posibilidades de buscar y beneficiarse de una atención médica de calidad, dondequiera que residan.

La introducción de historias clínicas electrónicas ha llevado a un crecimiento exponencial en la disponibilidad de datos de salud. El análisis de Big Data y la inteligencia artificial pueden resultar útiles para:

- estratificar las poblaciones en grupos de riesgo para mejorar la detección temprana de enfermedades cardiovasculares. El diseño de vías de detección selectivas y de calidad garantizada para determinados grupos de alto riesgo será un factor importante;

- Impulsar la investigación e innovación clínica y farmacológica en el ámbito cardiovascular. La realización de ensayos clínicos más específicos y en varios países ahorrará costos y tiempo, sin comprometer la seguridad de los pacientes;

- evaluar si las terapias y tratamientos existentes están produciendo resultados relevantes para el paciente;

- identificar las necesidades insatisfechas. También impulsará las inversiones públicas y privadas para la investigación, la innovación y el desarrollo para abordar esas necesidades.

La importancia de la co-creación

La creación conjunta de herramientas digitales y políticas sanitarias digitales con los pacientes es fundamental para aprovechar el potencial de la digitalización en la salud cardiovascular. Involucrar a los pacientes desde el principio es un método poderoso, mediante el cual se tienen en cuenta las preocupaciones y expectativas de los pacientes con respecto al uso de tecnologías digitales para el diagnóstico, el desarrollo de dispositivos médicos y farmacológicos y la prestación de atención médica. La vía más confiable para garantizar la eficacia y la confiabilidad de las innovaciones digitales es involucrar a los pacientes en el centro del proceso de creación conjunta y toma de decisiones compartida.

Fuente: European Public Health Alliance

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