Estos no se
producen solamente en el desarrollo de fármacos, protocolos o vacunas, los
cuales quizás sean los más presentes en la información diaria, sino también (y
no menos importante) en el modo de interrelación con los pacientes.
Telemedicina y telesalud
Hace muchos
años, en 1997, la Organización Mundial de la Salud desarrolló el concepto de
“telemedicina”. Esta disciplina hace referencia al suministro de servicios de
atención sanitaria llevado a cabo por profesionales sanitarios que utilizan
tecnologías de la información y la comunicación en el intercambio de
información válida para establecer diagnósticos, prevención y tratamiento de
enfermedades. También abarca la formación continua de profesionales en atención
a la salud y actividades de investigación y evaluación, con el fin de mejorar
la salud de las personas y de sus comunidades.
Esta
referencia fue el inicio de iniciativas diversas que pretenden acercar los
cuidados al paciente y que luego se englobarían en otro concepto, la
“telesalud”. Es decir, actividades, servicios y sistemas relacionados con la
salud que se llevan a cabo a distancia, mediante las tecnologías de la
información y las comunicaciones, con el propósito de promover la salud global,
el control de enfermedades y la asistencia sanitaria, así como la educación,
gestión e investigación para la salud.
Este
término incluye a la telemedicina pero también involucra actividades como la
capacitación para profesionales de la salud, reuniones administrativas de
atención médica y servicios proporcionados por farmacéuticos, trabajadores
sociales o fisioterapeutas.
Telefisioterapia
En este último
caso, el término “telefisioterapia”, como parte de la telesalud, caracteriza no
sólo el desarrollo técnico, sino también un estado mental, una forma de pensar,
una actitud y un compromiso para mejorar la atención sanitaria de forma local,
regional o mundial empleando las tecnologías de la información y las
comunicaciones.
Cada vez
hay más evidencia científica sobre la aplicación de la telefisioterapia. Los
trastornos musculo-esqueléticos son los que tienen un gran impacto en la
prestación de asistencia fisioterápica.
La
telefisioterapia fue válida para muchos trastornos, excepto para alteraciones
posturales, donde la puntuación final no fue concluyente con puntuaciones de
eficacia de bajas a moderadas.
Ventajas e inconvenientes de la
telefisioterapia
Entre las
numerosas ventajas que destacan en la telefisioterapia, destacan las
siguientes:
- Amplía la
capacidad de conectarse con profesionales, independientemente de la distancia o
las ubicaciones remotas.
- Disminuye
las barreras físicas, los tiempos de espera y los tiempos de trasporte de los
usuarios.
- Aumenta
la seguridad en personas con problemas de movilidad.
- Aumenta
el uso eficiente de los recursos de Salud.
- Mejora la
autogestión, con una sociedad menos dependiente de la atención directa en salud.
- Mejora
información y autonomía con respecto a la salud personal.
- Reduce
ausencias laborales y mejora la eficiencia de las entidades que prestan
servicios.
También
existen ciertos inconvenientes que deben considerarse en una actividad
profesional donde la relación entre el paciente y el fisioterapeuta es muy
estrecha. Entre ellos, destacan las siguientes:
- Reduce el
contacto humano.
- Convierta
al paciente en un usuario.
- Existe
una brecha digital en algunos sectores de población y pacientes que dificulta
el acceso a la telefisioterapia a ciertos grupos.
- Muchas
barreras culturales siguen presentes, sobre todo en sectores más desfavorecidos
de la población.
- Las
intervenciones se limitan a evaluaciones básicas, recomendaciones y
seguimientos.
- La
seguridad de los datos, como todo medio electrónico, es discutible.
- Los
costes de instalación en términos hardware y software pueden ser elevados.
Al estudiar
el balance entre las ventajas y los inconvenientes de la telefisioterapia, se
pueden detectar algunas limitaciones en el desarrollo de la misma. Por ejemplo,
la tecnología y la falta de soporte pueden limitar la capacidad de proporcionar
servicios de forma remota.
Por otro
lado, existe la incapacidad de proporcionar una gama completa de atención de
fisioterapia de forma remota. Por ejemplo, dificultaría técnicas manuales,
neurológicas y tecnológicas. Además, la financiación y pago de los servicios
prestados de forma remota no está regulada.
Retos de la telefisioterapia
Con todo lo
anterior, podemos afirmar que la telefisioterapia tiene todavía muchos retos
por delante a los que enfrentarse. Sería importante establecer una regulación
de la práctica digital, ya que hasta ahora no está desarrollada en términos
legales.
Para ello,
podríamos fijarnos en los países de referencia, que hoy en día son Canadá,
Australia o Inglaterra.
Estos
países tienen modelos de salud muy específicos y competencias muy diversas
respecto al modelo español, pero deben ser considerados todavía los modelos más
avanzados en lo que se refiere a la telefisioterapia.
Asimismo,
es importante recordar la existencia de estándares educativos nacionales de
práctica digital dentro del plan de estudios de grado de las carreras de salud,
incluida en la fisioterapia.
Sabemos que
una de cada tres personas en el mundo necesita rehabilitación y, por tanto,
fisioterapia en algún momento del curso de su enfermedad o lesión.
En
definitiva, la telefisioterapia ofrece la posibilidad de prestar servicios
evitando riesgos para los fisioterapeutas. Una vez amortizada la inversión
tecnológica necesaria, la telefisioterapia supondría un plus de sostenibilidad
económica al sistema sanitario y médico, al reducir la presencia en consultas y
agilizar las listas de espera, uno de los principales problemas de la sanidad
española.
FUENTE: The Conversation