Los atletas confían en los wearables
Los atletas de todo tipo han estado
utilizando tecnología hace más tiempo que el público, recolectando datos que
son analizados para identificar oportunidades de mejora. Recientemente en un artículo de Sports Illustrated, Mounir
Zok, director de tecnología e innovación del Comité Olímpico de los EEUU, llegó
a sugerir que la tecnología wearable era fundamental para el éxito del
equipo de los EEUU en los últimos Juegos Olímpicos.
“En los últimos cinco o seis años hemos
sacado al atleta de los laboratorios estándar,” afirma Zok y añade: “La
performance del atleta puede ahora monitorearse en su ambiente natural,
aumentando drásticamente la aplicabilidad y cantidad de los datos”
De hecho, existen empresas que apuestan
a la necesidad de la trazabilidad de todo lo relacionado con los participantes
en deportes competitivos. Cerner, que es más conocido por sus EMR (registros
médicos electrónicos) utilizado en organizaciones de salud en todo el mundo,
cuenta con HealtheAthlete, que brinda a más de 50 equipos y sistemas de salud con
programas de medicina deportiva para hacer el seguimiento de los atletas de la
misma manera que los hospitales siguen a sus pacientes.
Integración de múltiples datos
A medida que el sector de salud cambia
su foco de curar enfermedades a prevenirlas, los entrenadores tratan de evitar
lesiones y mejorar la performance. Esto incluye una suma de datos de estilo de
vida, como la ingesta nutricional, patrones de descanso y niveles de estrés.
Según Nate Hogan, Gerente General del centro Cerner’s HealtheAthlete, el
mayor reto con los wearables es la precisión de los datos, los wearables
no pueden recolectar datos críticos que pueden sólo conocerse de la forma
tradicional preguntando: “¿Cómo está tu hombro hoy?”
Esto demuestra la importancia de capturar
la información relacionada con el ADN del comportamiento individual, como
también los datos biométricos. Consideremos que el equipo de básquet los
Brooklyn Nets tienen una alianza con Infor para utilizar la herramienta
de “Ciencia del Talento” para evaluar las características cognitivas,
culturales y de comportamiento que puedan tener un impacto en la performance
individual y del equipo. Esta combinación de datos en tiempo real y
comportamiento analítico predictivo permite que los equipos personalicen los
planes de capacitación para cada atleta individual, considerando el hecho de
que lo que funciona para una persona puede no tener mayor impacto en otra.
¿Es el comienzo del atleta corporativo?
Al emular al atletismo, las
instituciones corporativas cuentan con el potencial de impacto de dos áreas
críticas en el trabajo: el involucramiento con la productividad y los
empleados, una consideración importante ya que estas dos áreas han estado
últimamente estancas.
Las pronósticos calculan que para el
2020 habrá más de 75 millones de wearables en el lugar de trabajo, y que 2
millones de empleados deberán utilizar dispositivos de salud como condición de
su empleo. Si logramos una trazabilidad de los datos recolectados por un
dispositivo podemos tener una mejor comprensión
de la performance individual.
Por ejemplo, una hora de sueño adicional, ¿Tiene una relación directa en el
mejor performance en el trabajo?
Durante años las empresas lanzaron
programas de bienestar, pero era difícil vincular las actividades con
resultados tangibles. Esto está empezando cambiar. Por ejemplo, un estudio reciente de trabajadores que participaron en un
programa de salud auspiciado por el empleador aumentó la productividad un
promedio del 4% en el siguiente año, con las mayores mejoras en algunos
llegando a casi un 11% de productividad. Además, un reporte reciente de Forrester Research predice que para el 2024
casi 14,4 millones de trabajadores de los EEUU utilizarán anteojos
inteligentes. Esta tecnología de realidad virtual aumentada permite que las
personas “practiquen” una nueva habilidad sin riesgo (consideremos un
doctor probando una técnica quirúrgica nueva, por ejemplo), o la colaboración
con colegas en la otra parte del mundo.
Aunque no es exactamente un wearable
aún, el teléfono tiene el potencial de utilizar los servicios RTLS (ubicación
en tiempo real) para manejar tareas administrativas en el trabajo. Pensemos en
el crecimiento explosivo de la salud doméstica, donde la enfermera viaja a la
casa del paciente durante el dia. Al conectar los servicios de ubicaciones con
los sistemas de gastos y agenda, el tiempo que la enfermera pasa en la casa de
cada paciente y los kilómetros recorridos quedan registrados y pueden enviarse
a su empleador automáticamente. Pronto será el fin de las tarjetas/reloj y de los
agotadores reportes de gastos.
Asistentes digitales y Chat
Bots
También ya han aparecido los asistentes digitales y chat
bots que utilizan NLP (proceso natural
del idioma) para responder a las preguntas y solicitudes de los empleados. En
realidad, probablemente ya hayas interactuado con un chat bot online y
quizás hasta pensando que era un humano. Por otro lado, las empresas de
tecnología están también desarrollando “Gerentes Digitales” que permiten a sus
sistemas monitorear el cumplimiento y procesar datos de manera que los gerentes
humanos estén libres para focalizarse en el desarrollo de relaciones y
actividades de mayor valor.
Pronto veremos también “Coaches
Digitales” que hagan recomendaciones proactivas a los gerentes y empleados
basándose en los datos existentes. Esto logrará mayor productividad.
Pero, ¿Y la privacidad?
El debate público sobre la implicancia de la privacidad
en los wearables resulta
algo preocupante. ¿Podría un empleador tener acceso al patrón del sueño del
empleado y saber el tiempo que pasa en el baño? El equipo New England Patriots
recientemente compró dos aviones propios equipados con “inodoros inteligentes” que miden la hidratación de los jugadores para
ayudarlos en su recuperación. ¿La mejora en la performance del individuo
justifica el sacrificio de su libertad personal?
Estas preguntas se tocarán dentro de la
cancha de basquetbol (y en los tribunales) antes de que se vea una adopción
masiva de este tipo de herramientas. De hecho, el acuerdo con la NBA especifica
cómo los wearables pueden ser usados por los equipos. Esto también
alcanza a la pregunta del equilibrio entre vida personal y trabajo, que ha
estado evolucionando últimamente. Por ejemplo, los millennials, dejan
claro que ellos buscan un significado en su trabajo y la división entre su vida
personal y profesional se ha ido desvaneciendo.
La realidad es que este es solo el
comienzo de muchos debates por venir. Los visionarios como Elon Musk ya se
preparan para un futuro donde será la norma que los humanos esten aumentados
por la tecnología. Podemos enfurecernos contra estos avances defendiendo la
privacidad y la libertad personal, o podemos considerar formas para estructurar
la tecnología de manera que sea beneficiosa en forma mutua para las personas y
las organizaciones. Después de todo, ¿Te quejarías si nunca más hiciera falta
presentar un reporte de gastos?