Recientemente la Comisión
de Salud de la Cámara Alta inició el análisis del Proyecto de Ley que busca
simplificar los derechos de los pacientes, con el objetivo de facilitar el
acceso a la información clínica de ellos en cualquier centro de salud del país,
público o privado, siempre en el contexto de una atención de salud. Según
señala el proyecto también “se quiere establecer estándares uniformes de
interoperabilidad para las fichas clínicas considerando los emitidos por
organismos internacionales; reforzar la protección de datos personales y
seguridad de la información; y determinar expresamente una sanción frente a la
negativa o retardo injustificado en la entrega de los antecedentes”.
En relación a este
proyecto, considero importante complementar que para el sector salud, es decir,
prestadores, seguros, profesionales, pacientes y sus familias es una muy buena
señal avanzar hacia la interoperabilidad de los datos clínicos de las personas,
tal como lo han hecho otros sistemas de salud a nivel mundial, principalmente
en países desarrollados.
Desde el punto de vista de
los efectos de impulsar una política de estas características, la
interoperabilidad de los datos clínicos tiene algunos impactos en la atención
de salud que vale la pena mencionar.
El primer punto tiene que
ver con los aspectos transaccionales, es decir, la interoperabilidad permite
dentro del mismo proceso diagnóstico, disminuir el tiempo entre la primera
consulta y el inicio del tratamiento. Este proceso puede llevarse a cabo en
diversos centros de salud, evitando así por ejemplo, la duplicidad en pruebas
diagnósticas y procedimientos, ya que al interoperar los distintos centros de
salud, la información clínica del paciente puede ser reutilizada en cada etapa
del proceso, tales como resultados de exámenes y procedimientos, mediciones de
signos vitales o informes de urgencia, entre otros, independiente de si esos
datos fueron registrados en diferentes centros de salud.
Por otro lado, el segundo elemento de
impacto que trae consigo la implementación de una política de interoperabilidad
de historia clínica es lo relacionado con la seguridad clínica, dado que
permite definir no sólo los estándares de intercambio de información, sino que
además se establecen los mecanismos y eventos en los cuales se puede acceder a
la historia clínica del paciente. Actualmente las historias clínicas no
interoperan y su manipulación no tiene trazabilidad, por lo tanto, en muchos
casos no se puede establecer quién y cuándo accedió o cuál fue el canal por
donde se compartió un dato proveniente de una historia clínica.
En este sentido, considerar aspectos como
la seguridad clínica nos permite instaurar mecanismos de trazabilidad de
acceso, debido a que podemos saber quién y en qué momento accedió a la historia
clínica de una persona. Esto también, mejora la calidad de la información, dado
que la información registrada deja de ser privada y puede ser leída por otros
profesionales en el sistema de salud, situación que obliga a las personas que
registran a preocuparse de que otro profesional pueda entender la información
contenida en la historia clínica y finalmente permite disminuir el riesgo
clínico al disponer de más y mejor información. De esta manera, los
profesionales de la salud pueden decidir de mejor forma el tipo de tratamiento
a seguir, considerando información como alergias, enfermedades previas,
cirugías y factores de riesgo, lo que permite disminuir los riesgos asociados a
la práctica clínica.
Adicionalmente, la interoperabilidad de
la historia clínica posibilita una mejor distribución de los pacientes en la
red, permitiendo así una implementación eficiente de procesos de derivación y
contra derivación, porque la información viaja con el paciente. Esto es
especialmente relevante para la disminución de las listas de espera, dado que
se requiere con urgencia descongestionar aquellos establecimientos de salud de
mayor complejidad.
Considerando lo expuesto,
sin duda el Proyecto de Ley es un avance muy anhelado por el sistema de salud y
es una tremenda oportunidad, cuyo principal desafío estará en su
implementación, ya que no basta con normar la interoperabilidad de los datos
clínicos y los estándares de intercambio de información. En paralelo es
necesario seguir impulsando la adopción e implementación de sistemas de
información de salud en los establecimientos prestadores, con el fin de que la
información registrada en la atención de salud esté disponible para el resto de
prestadores en caso de ser necesario.