Han pasado más de dos años desde que la salud en el país y a
nivel internacional se ha visto golpeada por la pandemia. Para los centros
sanitarios, las prioridades cambiaron completamente, donde las cirugías se
vieron postergadas y las listas de espera aumentaron considerablemente. En
efecto, según los datos presentados en la Cuenta Pública, actualmente hay más
de 330 mil cirugías pendientes, por lo que es es necesario tomar acciones al
respecto.
La reducción de las listas de espera es el principal objetivo y
el centro de atención para el segundo semestre del 2022, sin embargo, resolver
la lista de espera pareciera no ser posible sin el apoyo de la tecnología.
Primero, porque permite eliminar la fragmentación de los
sistemas de información, disminuyendo así los tiempos de confirmación
diagnóstica y la repetición de exámenes, procedimientos y tratamientos
farmacológicos.
Segundo, es fundamental integrar al sector privado en la
discusión, no solo porque puede ayudar a partir de la infraestructura disponible,
sino porque integrando los sistemas de información se puede identificar a
aquellos pacientes que ya resolvieron sus problemas médicos y que aún se
mantienen en la lista de espera pública. Un dato relevante es que Chile es uno
de los países con mayor gasto de bolsillo en salud a pesar de que cerca del 60%
de la población está cubierta financieramente, esto significa que los pacientes
están resolviendo los problemas de salud fuera del sistema público.
En efecto, en salud no podemos ver la tecnología solo como
Ficha Clínica, ERP o Sistemas de Contactabilidad, la tecnología de
interoperabilidad actualmente disponible en el país nos permite aportar a la
reducción de listas de espera mediante la implementación de estrategias de
flujo de información automatizados y con un objetivo claro, mejorar el acceso a
la salud por parte de la población.