El sistema sanitario
en el mundo enfrenta grandes desafíos que afectan de manera transversal a cada
uno de sus eslabones: el aumento de costos debido a la escasez de componentes,
las economías variables, las enfermedades crónicas que cada vez se tornan más complejas.
Éstos son algunos de los tantos retos. Es racional que la situación se haya
convertido en un tema de coyuntura social, ocupando un lugar de gran relevancia
entre las preocupaciones de las personas. En la Argentina, por ejemplo, de
acuerdo a una investigación realizada por la consultora OH! Panel en
2021, el 33% de la población ubicó a la salud entre las principales problemáticas
del país, incluso por encima de cuestiones impositivas y salariales.
Dado el contexto social —y sumado a los
efectos de la era postpandemia— resulta vital el compromiso y el trabajo en
conjunto de todos los actores para ampliar de manera inteligente la cobertura
de salud y reducir las disparidades en el acceso a las tecnologías de excelencia.
Y, es por estos motivos, que más que nunca nos encontramos frente a un momento
clave donde las condiciones brindan la oportunidad para las soluciones. ¿Por qué no repensar, entonces,
los mecanismos tradicionales y proponer alternativas que puedan garantizar la
efectividad y sostenibilidad del sistema, pero desde otra perspectiva?
El modelo de
adquisiciones basadas en valor es justamente una respuesta a esta pregunta. Se
trata de un formato innovador de contratación que considera los resultados, las tasas de efectividad y
los niveles de mejora en la salud de las personas para la selección de los dispositivos
médicos más adecuados para cada tratamiento. Plantea un enfoque de colaboración entre las
partes involucradas para centrar los procesos en tres pilares fundamentales: el
paciente, la calidad de las terapias y la sostenibilidad del sistema sanitario
a través del ahorro. Asimismo, propone abordar las complejidades en la relación
proveedor/comprador, involucrando alternativas de riesgo compartido y
recompensando a los proveedores y efectores que contribuyan a mejorar los
servicios de atención de la salud y los resultados clínicos.
Basándose,
entonces, en este concepto de valor, el foco para determinar las adquisiciones cambia
radicalmente. En lugar de centrarse exclusivamente en el precio más bajo, la compra
se basa en el éxito de las tecnologías para generar ahorros a partir de la reducción
del costo global de la atención. Esto quiere decir: tratamientos
que permitan agilizar
las intervenciones y liberar las salas con mayor rapidez, reducir las listas de
espera, prevenir secuelas, frenar la exacerbación de patologías, aliviar el
dolor con efectividad. Ahí es donde el ahorro es tangible, en el todo.
Y en esta
búsqueda de procesos eficientes, el pago por resultados ha tenido un creciente
interés en la innovación hacia la economía de la salud. Estos sistemas, más
conocidos como Programas de Protección de Resultados, son mecanismos no
tradicionales de financiar la tecnología sanitaria y pueden contribuir a
mejorar el acceso a los tratamientos de vanguardia. Los esquemas pueden ser muy variados e implican
el desarrollo de un plan en el cual las soluciones elegidas son evaluadas de
acuerdo con su efectividad sobre una población definida en un período de tiempo
determinado, y el pago o reembolso se basa en los logros en términos de
beneficios para la salud de los pacientes y/o ahorro en los costos. La consigna,
de esta manera, se centra en proteger el resultado entre financiadores de la
tecnología, prestadores de la salud y los desarrolladores de tales tecnologías.
El acceso a
la atención de salud de calidad es un derecho fundamental de todas las personas
en el mundo y, por lo tanto, un compromiso adquirido de gobiernos, instituciones
de la salud, profesionales, prestadores de servicios y la industria de la salud
toda. La innovación en la economía de la salud basada en resultados procura
ofrecer un formato eficiente frente a los actuales desafíos, promoviendo la sustentabilidad
del sistema a través de la incorporación de tecnologías de calidad y sus grandes
beneficios, siempre poniendo en el centro la mejora de la calidad de vida de
las personas.