Desde tiempos inmemorables,
el mito de Ícaro que pretendía volar con alas de cera para alcanzar el sol ha
sido inspiración tanto de individuos como de compañías para diseñar,
desarrollar e implementar herramientas que le permitan al ser humano aumentar y
mejorar sus capacidades físicas, psicológicas, neurológicas etc, para llegar
más lejos y conseguir más éxitos. El imperativo moderno de conquistar la
naturaleza se ha transformado en el de conquistar los límites de lo humano y
dar pie al surgimiento de una nueva especie de ser humano cueste o que cueste.
Así, asumiendo la premisa
evolutiva que afirma que los seres humanos aún no hemos evolucionado lo
suficiente, es decir, que el homo sapiens
sapiens que decimos aún puede y debe seguir evolucionando aún a costa de
impedimentos o de recursos, incluso de consideraciones bioéticas o de la
justicia misma, la obligación es que hay que hacer que la especie siga ese
camino determinista de la tal “evolución”.
Esta es pues la intención del
transhumanismo que es un movimiento y una corriente propuesta por Nick Bostrom
que pretende la mejora de la especie humana mediante la generación progresiva
de un nuevo individuo denominado posthumano
a partir de la gradual modificación del humano tal como lo conocemos hoy en
día, pasando por una etapa intermedia denominada transhumano.
Actualmente esta corriente
de pensamiento se encuentra más avanzada en el Instituto para el Futuro de la
Humanidad en la Universidad de Oxford en donde varios investigadores y
científicos, convencidos de la posibilidad y necesidad de mejorar lo que
resulta indeseable de la esencia humana han propuesto como metas:
1)
Que los seres humanos vivan un promedio de 500 años.
2)
Que
los seres humanos tengan un IQ el doble de lo que es el promedio actual.
3)
Que
el ser humano tenga total y absoluto control de sus impulsos e instintos
4)
Que
el ser humano no se enferme ni sufra.
De igual modo, el
transhumanismo descansa sobre tres pilares que se conciben como objetivos
últimos: el súper bienestar, la súper longevidad y la súper inteligencia.
El proceso gradual al que
hace referencia esta corriente consiste en ir modificando al ser humano actual
mediante la incorporación de nuevas tecnologías de tal manera que se vayan
alterando sus capacidades y potencialidades corpóreas, psicológicas,
neurológicas y genéticas. Es decir, el transhumano
será aquel individuo que recurra a la tecnología para mejorar habilidades y capacidades
como la vista, el oído, su resistencia física, su capacidad de memoria, su
rendimiento profesional, etc,
Quizá todo esto suene a
algo fabuloso e ilusorio, lo cierto es que ya hay considerables avances en
mejora genética por ejemplo o bien en medicamentos y químicos para facilitar
mejores estados de concentración o intervenciones para atrasar el proceso de
envejecimiento, etc. A pesar de que es más una realidad que una fantasía, hay
que ir hilando fino para desentrañar los problemas éticos y bioéticos que esto
representa. A continuación, algunos de estos:
En primer lugar y desde una
reflexión antropológica hay que decir que aquello que nos hace vulnerables, las
razones por las que nos enfermamos, por las que envejecemos y por las que
sufrimos y nos morimos son precisamente también aquellas que nos hacen humanos,
es decir, que reafirman nuestra esencia en tanto humanos, erradicarlas sería ir
en contra de nuestra propia naturaleza e idear un ser humano que ya no sea
humano sino máquina, robot, inteligencia artificial, etc.
Una segunda consideración,
ahora desde la ética y la justicia es el tema de que estos seres humanos
perfectos y cuasi eternos podrían
llegar a sustituir a los humanos mortales suplantando trabajos o incluso,
relaciones sociales y hasta agrandando las brechas sociales marcando
diferencias entre personas mejoradas y personas no mejoradas generando
discriminación y desorden social.
Es por esto y más, que el
transhumanismo representa un reto para la bioética pues implica
cuestionamientos antropológicos y éticos profundos desde una reflexión seria y interdisciplinar
que ordene sus fines y sus modos al servicio de la persona humana